miércoles, 13 de enero de 2016

El día que por fin recogí mi cuarto y os lo pude enseñar

Todos los que me conocen saben que el orden no es una de mis virtudes... Pero que sepáis que no me reconozco ni yo desde que estoy aquí. ¡Recojo! Igual porque el cuarto es más pequeño y a la mínima ya no se ve el suelo , o porque es más fácil de mantener limpio. ¡Pero hasta me hago la cama todas las mañanas! Sí que es verdad que tuve mi momento Diógenes después de la Fresher's Week, esa en la que nos regalaban tantas porquerías, y mi mesa desapareció debajo de una montaña de panfletos por bastante tiempo. Ahora ya estoy empezando a tirar las cosas inútiles a la basura y no "guardarlas como recuerdo": guardaba como recuerdo hasta los tickets de la compra. No es un cambio radical, sigo guardando mis cositas, como un plano de metro de Londres y esas cosas, aunque he mejorado bastante.



Lo mejor del cuarto es la cama, que es doble. Es la primera vez que tengo una cama doble para mí sola, y me encanta. El edredón es de Primark y probablemente sea la mejor compra de mi vida. La primera noche aún no tenía y a pesar de ser principios de septiembre, me congelé por la noche, teniendo el abrigo de esquiar puesto. Así que lo primero que hice al día siguiente fue buscar el más gordito que hubiera, y ahora es imposible levantarme de la cama. La sábanas me las traje de España, de la cama de mi padre, concretamente, y el cojín viene nada más y nada menos que directo de Tailandia, regalo de Anita (el relleno lo encontré de milagro, porque sólo me trajo la funda).



Lo único que me falta son cajones, cajas, y esas cosas para organizar. Como dicen en las revistas de decoración que tanto me gustan, "espacio de almacenaje". Motivo de más para que sea imprescindible tenerlo todo en su sitio siempre, que si no es un caos y no encuentro nada. Mi madre va a llorar en cuanto vea que he escrito eso, se cree que soy un caso perdido. Aquí ese tipo de mobiliario es bastante caro, sobre todo las cajas. No sabía que algo que viniera vacío pudiera costar tanto. Así es como mantengo mis estanterías y mi escritorio, que es enorme así que tampoco tengo muchos problemas con él. Los libros, de España y de alguna librería de segunda mano de aquí, indispensables para que me sienta como en casa. Y mi adorno favorito del cuarto, regalo de mi Didi.






Elizabeth siempre me dice que tengo las paredes muy vacías. Toda la razón, Tengo una lista de fotos para imprimiros y pegaros por ahí, y encima me sale gratis porque la uni me da dinero para utilizar las impresoras, así que no tengo excusa. Lo único que tengo por el momento es la pizarra magnética con algunos trocitos de casa (donde suelo pegar vuestras postales, ahora no hay porque las llevé a Madrid con el resto de la colección).



¡Y esto es todo! No sé cómo me ha dado para hacer un post tan largo de un cuarto tan pequeño, a ver si va a ser verdad eso que me dicen últimamente de que hablo mucho.

2 comentarios:

  1. Dios existe aleluya. Ya veras como tener todo recogido y en su siti te da mas tiempo. Y hoy te he. Dicho que te quiero?

    ResponderEliminar
  2. Que guay! Que bien escribes! Cuando vas a hacer una novela, un libro aventuras.
    .llevas el arte dentro!! Te quiero Criseta!

    ResponderEliminar