(o cómo frustré mi carrera en la cocina)
Una cosa que me llamó mucho la atención cuando vine aquí (y creo que es algo que pasa en toda Europa en general menos en España) es la obsesión que tienen con los incendios. Nada más llegar me dieron un sobre con cinco hojas (que no he leído) con todos los protocolos de incendio que hay; tengo unos veintitrés teléfonos a los que llamar en caso de emergencia; en la cocina hay una fire blanket, que no sé que es ni cómo se usa; las puertas son a prueba de incendios; todos los martes a las 11 hacen una prueba de alarma; hay simulacros programados una vez al mes; está prohibidísimo fumar en todas partes, hasta en la uni tienen áreas especiales fuera de los edificios... En fin, un montón de indicaciones que deberían dar pistas sobre la sensibilidad de los detectores de humo.
Mis compañeros saben ya que no soy una experta en la cocina por varios episodios de masterchef que he protagonizado, aunque yo culpo a las herramientas, que son una porquería. En España no soy Chicote pero soy capaz de no quemar una tostada, y aquí no puedo ni descongelar el pollo. El otro día lo saqué del microondas en modo defrost todo blanco y maloliente y fue directo a la basura. La primera semana hice una tortilla de patata para unos amigos y quemé la sartén sólo con aceite. Mi compañera de piso y dos amigas suyas tuvieron que salir de la cocina y cenar en su cuarto, porque de la cantidad de humo que había no paraban de toser (y yo tampoco). Cada vez que hago arroz, por mucho que remueva, hay una capa que se queda carbonizada y alicatada a la olla, y ya tiene cositas negras por abajo y todo. Cuando lo vieron, uno de mis compañeros me ofreció clases de cocina y otra se rió de mí hasta el extremo. Llegué a pensar que lo único que sé usar decentemente es la kettle, pero el único día que la usé para echar el agua hirviendo en la pasta casi quemo de nuevo la olla. Además no debí cerrar bien la jarra o algo porque se salía toda el agua y casi me escaldo yo. Así que ni eso.
Pero el día de hoy ha sido el punto álgido de mi carrera como cocinera. Llegaba de la uni agotada y me he puesto a cocinar algo rápido, filetes rusos. Mientas se hacían me he puesto a ver la gala de Gran Hemano, que estoy atrasadísima y nunca encuentro tiempo para verla. Y se han tostado un poco por un lado, pero nada importante. Nada importante para mí, pero a la sartén le ha sentado fatal y ha decidido quemarse. Ha salido un poco de humo, así que rápidamente he puesto la campana y abierto las ventanas para que se aireara, algo que ya me he acostumbrado a hacer. La puerta, que es antiincendios (eso significa que es muy pesada y se mantiene siempre cerrada) estaba sujeta con una cuña para que estuviera abierta.
Error de novatos.
La puertas antiincendios están para algo. El humo ha llegado al pasillo (juro que no era tanto) y ha hecho saltar la alarma. No sabía cómo pararlo y he llamado a mi compañera Elizabeth. Ha salido quejándose y cuando ha visto que he sido yo, se ha empezado a reír y a echarme una bonca de mami, prohibiéndome freír nada nunca más. Ha llegado una de las secretarias para que desalojáramos el piso y le he explicado que he sido yo, que no pasaba nada. Pero aún así hemos tenido que bajar y nos hemos reunido con los cuatro bloques de la residencia, que también habían sido desalojados. Había unas treinta personas, algunas descalzas, la mayoría en pijama, Elizabeth con medio pelo liso y el otro medio rizado. Y justo en ese momento ha empezado a llover.
Sólo hemos estado cinco minutos fuera. El domingo pasado por la mañana alguien debió hacer lo mismo y llegaron hasta los bomberos, por lo que estuvimos como veinte minutos esperando a que comprobaran que no pasaba nada. Pero esta vez, me moría de vergüenza. Menos mal que nadie se ha enterado de que he sido yo la culpable. Al subir nos han explicado lo de la puerta, así que en cuanto hemos llegado la cuña ha salido disparada de una patada. En mi defensa diré que cuando he subido he comido y los filetes no es que estuvieran comestibles, es que estaban hasta ricos. Eso sí, a partir de ahora, ¡sólo ensaladas!
Joe, te había escrito un comentario bastante largo desde el móvil y se ha borrado. En resumen, que eches más aceite en la sartén, que nos conocemos y es mucho más sano que las mierdas que comes ahí, y que bajes el fuego.
ResponderEliminarAh, y que comas algo más que ensaladas que te quiero mucho y quiero que vuelvas sanita!
Juas juas juas .... Los.cereales no fallan ;)
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