Cómo sobreviví al Erasmus sin mi beca (por Carlos Pecharromán)
Hola a todos, lo primero es deciros que no vengo para nada a aburriros (aunque vaya temita el que ha elegido mi querida Maricristi para que os cuente, vaya tela), sino a contaros la verdad, y esa verdad en un principio puede ser aburrida… y dura, porque, aunque nos pinten todo de color de rosa, no es nada más lejos de la realidad.
¿Qué es la beca Erasmus? La beca Erasmus es una ayuda económica que un estudiante recibe para poder llevar a cabo un periodo de movilidad en una universidad de otro país de Europa diferente del suyo propio. Esta ayuda, por explicarlo de alguna forma breve y sencilla, puede venir de dos distintas fuentes: el Ministerio de Educación de España en este caso, o de la Unión Europea y de los fondos que ésta tiene destinados al acuerdo. ¿De qué depende el hecho de recibir una u otra? Pues nadie lo sabe, o te dan una, o te dan la otra, así que… ¡suerte! La diferencia en la cuantía económica de una y otra es significativa, aunque sinceramente… no podría decir cuál es tal diferencia ya que varía año tras año, y como otras muchas cosas relacionadas con ayudas y educación, es todo un caos. El caso es que una vez eres agraciado con la beca Erasmus, todo es alegría y jolgorio, ¡pero no! ¿Qué pasa con el papeleo? Ay señor… el papeleo, qué cosa tan terrible. Aunque bueno, de eso ya habéis leído bastante. Con el dinero, lamentablemente, la cosa no es mucho mejor ya que sí, tú sabes que en algún momento vas a recibir la beca, EN ALGÚN MOMENTO DE TU VIDA LA RECIBIRÁS, ¿pero cuando? Pues jamás lo llegarás a saber, será completamente por sorpresa, y hablando desde la experiencia que en esto me atesora… ¡desde luego pronto, no!
¿Y qué ocurre entonces? ¿Cómo hago? Os preguntaréis. Creo que podría responderos a tales cuestiones, ya que es algo que he vivido y me he planteado. La cosa es… ¡tirar de ahorros y papis! Quiero decir, obviamente, a no ser que uno haya trabajado previamente a marchar de Erasmus… el dinero del que posee probablemente no sea suficiente para llevar a cabo una aventura de mínimo cinco meses y hasta un año en la que esa persona tiene que vivir solo con todo lo que eso conlleva (pagar piso y sus gastos, comer, moverse… y recordemos que es un Erasmus, por lo que hay que añadirle “salir”).
Antes de partir de Erasmus, yo recomendaría el hecho de tener un “colchoncito” de dinero por así decirlo, ya que uno nunca sabe lo que puede ocurrir, aunque sí que es verdad que, en el momento en el que los padres dan el consentimiento para que puedas irte… también son conscientes de que van a tener que soltar pasta. Y es que parece que no, pero un Erasmus puede suponer un gran desembolso de dinero. Vuelvo a hablar desde la experiencia (me voy a poner pesadito con esto, aviso ya); yo me he ido de Erasmus a Rumanía, que no es precisamente uno de los países del viejo continente con el nivel de vida más alto, sino todo lo contrario, es bastante barato. Bueno pues, aun así, la cosa ha sido complicada debido al NO ingreso de la beca hasta… ¡la penúltima semana de estancia allí! Jajaja. Sí, sí, como leéis, a mí el dinero me llegó aproximadamente 15 días antes de volver a España, ¿cómo os quedáis? Ya lo sé, muertos.
Y así lo celebré
Que si ponte a restringir el salir, los viajes (a Moldavia fui en autostop por la experiencia, sí, pero no creáis que vino mal el ahorrarse unos lei jajaja), el comer pasta y arroz día y noche (y repito, menos mal que yo vivía en Rumanía y en la cantina de la universidad podía comer un buen menú por poco más de dos euros…), un show, un auténtico show.
Ahora os digo una cosa también, jamás vais a llegar a pasarlo mal. Esto es un Erasmus, y uno tiene la mente demasiado ocupada como para preocuparse por el tema económico. La beca llega, tarde o temprano pero llega, así que céntrate en disfrutar cada día, minuto y segundo que pases en tu ciudad de destino o lo lamentarás profundamente después. Vas a poder hacer todo cuanto quieras, créeme, pero sé consciente de lo que hay. En este caso he sido yo el encargado de contarlo, y no porque me haya tocado de cerca, porque ya os digo que pasarlo mal mal… no lo he pasado y Cristina puede corroborarlo jajaja, pero bueno, esto se trata de dar a conocer todos los aspectos que un Erasmus engloba y este es, por suerte o por desgracia, uno de ellos.
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