Airbnb es el mayor servicio de alojamiento del mundo, y paradójicamente, no posee ningún tipo de bien inmobiliario. Su mecanismo es el siguiente: los usuarios ofrecen sus casas, eligiendo ellos el precio por noche y filtrando a los huéspedes, ya que es necesario contactar con ellos primero. Pueden ofrecer una habitación compartida, una habitación separada o incluso el inmueble entero (perfecto para dar un uso a las segundas residencias). La página se lleva una comisión importante, y por eso en algunos hosts aparece que cancelan todas las reservas en el último minuto: eso es porque prefieren recibir el pago por otro medio y ahorrarse esa comisión. Si os animáis y os registráis ahora desde aquí, ¡tenéis 18€ de descuento en vuestro siguiente viaje!
Laura y yo lo hicimos en Irlanda, a donde fuimos por mi cumpleaños (que cae cerca de St Patrick's). Mirando hostales y hoteles, veíamos cómo los precios subían por momentos, así que Airbnb se convirtió en nuestro mejor aliado. Primero visitamos Galway, y allí nos recibió nuestra primera familia. El piso, en pleno centro, era una monada, la habitación estaba genial y nuestros anfitriones, una pareja joven, fueron majísimos. Nos dieron mapas de toda la ciudad donde nos marcaron los mejores sitios según nuestros intereses, nos dieron muchísimos consejos y trucos, el desayuno que nos daban estaba buenísimo, y nos sacaban conversación cuando llegábamos a casa. Teníamos un cuarto con llave enorme con una cama comodísima, y un baño que compartíamos con ellos. La primera vez no pudo ser mejor.
Es vital para este tipo de cosas que las primeras experiencias sean excelentes, porque te empuja a seguir haciéndolo a pesar de lo que pase posteriormente. Con una sensación inmejorable en el cuerpo pusimos rumbo a Dublín, donde teníamos otro apartamento. Este también fue relativamente barato para lo que es Dublín y más en esas fechas, y estábamos en pleno centro. Mirando Google Maps, nuestro apartamento estaba dentro de la barriga de la b de Dublín. Supuestamente se lo habíamos alquilado a una señora de mediana edad que parecía muy simpática.
Llegamos a dejar las maletas, y a pesar de estar en la dirección indicada, éramos incapaces de encontrar el portal. Era tan pequeño y tan estrecho que casi teníamos que entrar de lado. La cara de Laura fue épica, pero oye, estábamos justo en frente de la farmacia de Temple Bar y el edificio que teníamos al lado era el mismísimo Temple Bar. Más en el centro no se puede.
Nos abrió un chico, Tristan, de unos veintialgo años con unas pintas un poco raras. Nos enseñó el apartamento, y estaba bastante sucio y descuidado. Y nuestra habitación, era enana, con dos camas microscópicas. Una de ellas estaba pegada a una puerta, cerrada con llave, sí, pero con un resquicio que daba a otro cuarto. Nadie durmió ahí. El otro inquilino era un chico un par de años más pequeño que nosotras que estudiaba en la universidad y trabajaba. Era majísimo, pero le vimos poquísimo. Al otro tampoco le vimos mucho porque se tiraba el día en su cuarto, descubriríamos más tarde que fumando porros. De la señora con la que contactamos, ni rastro.
El desayuno que nos dieron estaba caducado, así que tuvimos que comprar nosotras el nuestro, ya que lo único comestible era el té. El apartamento tenía una azotea, que a mí me encantan. Subimos emocionadísimas y era imposible estar allí (pero la verdad es que en el vídeo queda chulísima). De todos modos, no podíamos estar en mejor sitio. Hacíamos lo que nos daba la gana, mientras cenábamos o nos arreglábamos por las noches oíamos todo el ambiente de la calle y a los cantantes callejeros tocando Oasis, Ed Sheeran o Robin Williams. Podíamos llegar andando a todas partes sin problemas desde casa, y la verdad es que apenas pasábamos tiempo allí porque me dedicaba a hacer que Laura se pateara todo Dublín hasta que le dolieran las piernas.
El último día nos entró un ataque de pánico. Encontramos drogas en la casa y protagonizamos una huida de película, en la que se incluye un viaje innecesario al aeropuerto y varias situaciones surrealistas. Al final, dejamos las maletas en una consigna 24h que hay al lado de la estación del bus al aeropuerto, y nos fuimos desde las cuatro y media de la tarde hasta las dos de la mañana a un pub llamado Dicey's, donde todas las bebidas eran 2€. De ahí nos fuimos al aeropuerto, y después de una siestecita, volvimos a España. Os dejo el vídeo del viaje entero, ya que estamos:
Si me volviera a pasar algo parecido ahora no habría reaccionado igual ni de lejos. Veo los vídeos de la casa y pienso que éramos unas exageradas, pero hay que tener en cuenta que estábamos pagando bastante por ello, Durante toda las estancia los chicos fueron muy majos, muy respetuosos y no nos dieron ningún problema. Al fin y al cabo, mientras no nos implicara a nosotras, podían hacer lo que les diera la gana porque es su casa. Nos sirve de lección para la próxima, y tuvimos un masterclass de cómo mantener la calma en situaciones extremas. No fue lo que esperábamos, pero no lo cambio por nada. De hecho, vuelvo este año y comprobé de nuevo la disponibilidad de ese apartamento, por si acaso, pero ya estaba pillado.
Ahora que estamos más comunicados que nunca, las formas de viajar y las experiencias que se ofrecen son totalmente distintas. Estoy segura de que no nos habríamos enamorado de Galway como lo hicimos sin las recomendaciones de nuestra anfitriona, que no aparecen en las típicas guías de internet. De Dubín no puedo decir lo mismo porque ignoramos por completo lo que nos dijo el tío, primero porque no entendíamos su acento, y segundo porque fueron sólo para salir de fiesta y a saber dónde nos llevaba. Pero lo que me pude reír esa misma tarde recordando el último día no me lo quita nadie. Si queréis una forma distinta de viajar y más barata, os la recomiendo al 100%.
Cris yo aqui en Sitges soy anfitrión de Airbnb y la verdad es que la gente queda satisfecha y nunca he tenido ningún problema.
ResponderEliminarYo alquilo una habitación durante los veranos y eventos especiales aqui en Sitges. Me alegro que te haya gustado y lo valores así.
Un besote. Tu tio Enrique